El superdotado es ateo

Artículo realizado por Maria Rydkvist en Estocolmo a 29 de enero de 2017

«Con seis años de edad comencé a leer algunos fragmentos de la biblia que nos contaban en el colegio religioso al que asistía, y me aterrorizaba ya la mera idea de que hubiera personas que pudiesen creer en lo que allí se contaba. Algunos pasajes hablaban incluso de acuchillar al primogénito, y por otra parte, si existían los dinosaurios y habían vivido millones de años en el planeta, entonces la tierra no podía haberse creado en siete días. Creo que en mi caso he sido atea desde siempre, y jamás creí en la existencia de Dios. Al plantear estas preguntas a mi madre, me di cuenta de que habría mucha más cosas en las que ella jamás podría ayudarme…»

De una investigación en 1921 de Lewis Terman, psicólogo de la universidad de Standford, y realizada a 1500 niños con un CI que superaba el 135 a la edad de 10 años, se llegó a la conclusión de que estos niños eran mucho menos religiosos, y lo que más llamaba la atención de la información recogida además de su ateísmo, es que esta falta de religiosidad se daba aún cuando el 60 % de los niños del estudio, habían sido criados en hogares «estrictamente religiosos».

Desde muy temprana edad comienza el cuestionamiento de la existencia de dios en el superdotado. Alrededor de los 7-8 años, muchos de los niños altamente superdotados han tenido «una crisis de fe» y han cuestionado no solamente la religión, sino la fe y la creencia en dios de sus propios progenitores o compañeros, en el caso de que estos sean creyentes.

Un nuevo estudio realizado por los psicólogos Miro Zuckerman y Jordan Silberman de la Universidad de Rochester donde han publicado sus análisis sobre más de 63 studios sobre la personalidad y la psicología social comprendidos de 1928 a 2012, se ha llegado a la conclusión de que cuanto mayor es la inteligencia de una persona, menor es la probabilidad de que crea en Dios. Estos científicos se adentraron en casi 100 años de estudios para llegar a confirmar que el ateísmo es más común entre las personas con mayor inteligencia. Cuanto mayor es el nivel de conocimiento de una persona, mayor es la probabilidad de que sean ateos.

Definieron la inteligencia como la capacidad de razonar, de planear, de resolución de problemas, de pensar de manera abstracta, la comprensión de ideas y conceptos complejos, junto con el aprendizaje rápido y el aprendizaje a través de la experiencia, es decir, la inteligencia entendida como razonamiento analítico.

Por otra parte la religiosidad quedaba definida como una creencia en lo sobrenatural, con la ofrenda de presentes a esta fuerza sobrenatural, y llevando a cabo rituales que reafirman las propias creencias. La religión se trata de un sistema organizado de creencias que se promulgan y se sostienen a través de una institución organizada, de un grupo étnico o de una cultura en concreto.

El individuo superdotado es individualista y tiene menor necesidad del grupo para poder resolver los problemas que le rodean en su día a día, además de ser menos conformistas, y de ahí que muestren una mayor resistencia al dogma religioso.

La religión se conforma de rituales, prácticas, reglas de comportamiento y clasifica a unos individuos de manera jerárquica (sacerdotes, ministros religiosos o incluso gurus) con la finalidad de mantener la propia estructura, además de enseñar, interceder y mediar, entre las creencias de los individuos y la religión en ese dios, en esos dioses, o en esos principios que se promulgan.

A la edad de siete años mi hijo mayor afirmaba que «el mundo se había creado a través del Big Bang, y que no podía ser de otro modo». A los ocho, afirmaba rotundamente que «no creía en Dios». Existen niños superdotados que con seis años, cuando algún abuelo aún lo amenaza con que «Dios le puede castigar si no se portan bien» que contestan de vuelta, que «Dios no existe» y que «los libros de ciencia no pueden estar equivocados».

Los niños superdotados no solamente tienen estas crisis de fe, sino que su espiritualidad se orienta hacia cuestiones de tipo existencial, que no es lo mismo que religiosas. Estos términos se confunden con frecuencia. La espiritualidad no significa creencia alguna, pero como en el caso de mi hijo mediano les lleva con nueve años a plantearse cuestiones existenciales como «¿Qué es lo que estoy haciendo con mi vida?», o por ejemplo «¿cuál es el sentido de la vida?» y a llorar desconsoladamente ante estos planteamientos.

Es decir, se trata de «cuestionamientos del espíritu» en torno a conceptos abstractos y de gran complejidad como lo son la vida, la muerte, la moralidad de las personas, o el sentido de la vida.

Stenberg y Davidson (1985) ya concluyeron que la manera de procesar la información de los niños superdotados es similar a la de los adultos para entender patrones de conducta usando la información del ambiente, con una capacidad excepcional para la resolución de problemas y para concebir asociaciones de orden superior.

Existen diferencias entre los distintos niveles de superdotación, que afectan a la creencia o no en Dios. Silverman nos describe un número de características de la personalidad y de la capacidad intelectual en los niños superdotados que se encuentran a tres desviaciones estándard de la media, con una mayor necesidad de precisión y de capacidad para visualizar modelos y sistemas, y con una conciencia de lo moral muy temprana, respecto al resto de superdotados.

Los niños excepcionalmente inteligentes pueden razonar de modo abstracto a una edad mucho más temprana que la de los superdotados moderados. Por lo que su nivel de abstracción, es mayor que el de éstos.

En un segundo estudio llevado a cabo en el New York’s Hunter College Elementary School para alumnos superdotados, se estudió a antiguos alumnos graduados de este centro, en el tramo de edad de 30 a 50 años. Todos habían excedido por encima de un CI 140 en los tests, y el estudio encontró que sólo el 16 % de ellos sentía algo de satisfacción en la religión.

El superdotado no cree en nada que no tenga pruebas experimentales, y la religión se basa en hechos y sucesos ajenos a la razón que confrontan con el alto nivel de razonamiento que poseen. En muchas ocasiones la religión se convierte en una inercia que hace todo el mundo en un grupo, y es mucho más fácil que el niño superdotado se cuestione los comportamientos en grupo, y deja de seguirlo.

La religión aporta a la gente una sensación de control que les reconforta, las personas inteligentes poseen una mayor autonomía y control, y no necesitan de la creencia religiosa para encontrar ese cónfort.

Los superdotados no necesitan un sistema predeterminado de valores morales, ya que el cuestionamiento moral y la reactibilidad a las injusticias se suceden en los mismos de manera natural sin la necesidad de la religión, ni de la creencia religiosa.

Una persona inteligente podrá o no creer en Dios, pero difícilmente un altamente superdotado dejará de ser ateo a lo largo de su vida.

Ser ateo es parte de la personalidad del altamente superdotado.

atardecer

 

11 comentarios en “El superdotado es ateo

  1. El planteamiento que se hace sobre la creencia es eminentemente intelectual. Viene a decir que el superdotado se fía de lo probado científicamente y eso supone renunciar a la fe.
    Nos falta información en esas investigaciones de si el crecimiento intelectual que tuvieron los participantes incluyó el análisis riguroso de la teología como reflexión racional en el terreno de la fe. Obviamente un niño de quince años, superdotado o no, no cree en cosas que creía con tres años, el problema con la fe es que se mantienen los mismos parámetros de la infancia y en ausencia de crecimiento evidentemente es inasumible. Ratzinger, una cabeza privilegiada, explica muy bien cómo superar el debate ciencia fe como antagonistas.

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  2. El planteamiento que se hace sobre la creencia es eminentemente intelectual. Viene a decir que el superdotado se fía de lo probado científicamente y eso supone renunciar a la fe.
    Nos falta información en esas investigaciones de si el crecimiento intelectual que tuvieron los participantes incluyó el análisis riguroso de la teología como reflexión racional en el terreno de la fe. Obviamente un niño de quince años, superdotado o no, no cree en cosas que creía con tres años, el problema con la fe es que se mantienen los mismos parámetros de la infancia y en ausencia de crecimiento evidentemente es inasumible. Ratzinger, una cabeza privilegiada, explica muy bien cómo superar el debate ciencia fe como antagonistas.

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    • No tienes en cuenta una cosa indispensable. Desde tu postura de un crecimiento hacia una ampliación de la fe porque se madura en la reflexión teológica , lo que no sabes plantear es que existan individuos que hayan crecido incluso fuera de esa necesidad de gestionar su fe o los parámetros de la misma. Es ahí donde se encuentra la gran diferencia entre una mente privilegiada y un altamente superdotado. Existe un crecimiento por encima de todo antagonismo que simplemente libera al espíritu de esa necesidad cuasi humana de gestionar la fe porque se es capaz de ver fuera de la misma y sin su necesidad. Enel artículo recojo que las personas inteligentes pueden o no creer pero el altamente superdotado rebasa la línea de la creencia y puede vivir sin necesidad de debatir sus pliegues angostos. Quiero hacer hincapié que una mente privilegiada no es un CI de 160+ eso es otra esfera aparta no de la fe, sino del propio ser humano. Imagina por un momento, entre un Ci 70 de una persona con sindrome de
      Down a un ci de 120 (talentoso) existen 50 puntos de diferencia, existe entendimiento de fe entre estos dos apóstoles? Aún la mente privilegiada academicista o profeta en teología se encuentra a gran distancia del altamente superdotado para poder ser libre de su propio dogma. Te quivocas, no se trata de un superdotado ingenuo que apuesta todos los ases en la ciencia, sino de una mente que crece desde la infancia a esferas del espíritu donde no llegan a madurar el resto. Por otra parte, aparte del relato personal, me interesa saber de estudios «antagónicos» y que profundicen en el polo opuesto para poder igualmente crecer en tu argumentación y propuesta en base a un acercamiento al conocimiento teológico y es que pruebes la existencia de estudios donde se afirme que las personas mas inteligentes son mas creyentes que el resto. A veces la fe nos lleva a ver grises donde el blanco es nítido ya que nos llama la atención que existan matices en las cosas que no necesiten de nuestra paleta de color particular, nos guste más o menos. No suelo entrar a entablar pulsos de fe por la web, indico los límites de velocidad de los distintos tipos de motor y en base a ello cada uno se alimente del aceite carburante que le haga rugir el tubo de escape, algunos automóviles solamente necesitan como ímpetu a su espíritu su propio carburante sin necesidad de que este sea producido a gran escala de masas. Saludos

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  3. Entiendo que, cualquier persona se cuestiona (con más o menos intensidad) su existencia, su sentido en la vida y el sentido de la humanidad y de la vida misma. En este momento, necesariamente, aparece el concepto de «vida» o «Dios» o «Todo» (y «Nada») o «energía».

    Estoy convencida de que todas las personas queremos aproximarnos o traspasar nuestros límites de comprensión y acercarnos, poco a poco, a estas ideas supremas; lo que significa que, tanto la ciencia como la religión tratan de hacerlo, pero por caminos distintos…. (y, a su vez, cada religión marca una senda diferente).

    El problema radica cuando un camino se cree superior al otro y el único que nos conduce a la Verdad (ciencia sobre religión o una religión sobre otra…).

    Así, la religión rellena aquello que la ciencia no explica, pero hay que tener muy en cuenta que es subjetiva (debería haber tantas religiones como personas en el mundo) y, por ello, se debe relativizar mucho, pero también debe cultivarse y hacerla crecer de forma sana (crear tu propia religión o sentido de la Vida, no solo de tu vida).

    A su vez, la ciencia requiere humildad y cuestionarse a sí misma a fondo (en ocasiones es más dogmática que cualquier religión) porque no deberíamos perder nunca la idea central de que siempre está en evolución, lo que conlleva que también es relativa y que, solo mediante la imaginación, se puede avanzar en el conocimiento científico.

    En el fondo creo que, si todas las personas nos cuestionáramos más profundamente, se avanzaría en la ciencia y la religión; lo que implicaría que no se de tanta preeminencia a lo racional o «parte científica», frente a lo irracional o «parte religiosa» (ya que esta última es una parte nuestra y habrá que revalorizarla e intentar entenderla y aceptarla, siempre en su justa medida) pero sin olvidar que la mayoría de los recursos de la sociedad deben orientarse hacia la ciencia.

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    • Marta, no se si habías leído mi contestación anterior al otro mensaje, el punto de error aquí, es que no se está intentando entender cómo piensa una persona altamente superdotada, sino que por lo atrevido de la afirmación «ser ateos» para algunos, partimos desde el logaritmo de «cualquier persona». Los altamente superdotados, no son cualquier persona, y he ahí el primer desequilibrio, ya que el punto de apoyo utilizado para ejercer la fuerza debe ser otro, un punto diferente, con variables distintas. Mira el inteligentísimo, rebelde y gran genio Richard Feyman, nos decía lo siguiente, que es exactamente ese punto de apoyo desde el que se hace la fuerza en la mente del altamente superdotado. Feyman afirmaba: «Es mucho más interesante vivir sin saber, que teniendo respuestas que podrían estar equivocadas (…) Pero no tengo que tener una respuesta. No me da miedo no saber cosas.»

      Una de las cosas que realmente sigo sin poder responderme, es precisamente en qué momento el ser humano y casi de manera inconsciente, «rellena» los huecos de lo que no tiene respuesta, con la religión. De ahí que incluso, según tu comentario, exista una lucha de estatus «superior o sustitutorio» entre la religión y la ciencia, y esto sucede porque el mundo está llena de personas cualquiera, pero los altamente superdotados, no son parte de ese mundo que comentas, ven desde otro lugar, donde no es necesario encontrar una antorcha ante aquello que desconocemos, ya que simplemente, se encuentran cómodos en esa incertidumbre. La ciencia no necesita humildad, pero la religión pide de esa humildad a los demás para poder tener su hueco en sociedad, o me equivoco? Para mí el cuestionamiento ciencia versus religión, no es ni si quiera el punto de partida de mi artículo, y deduzco que no has entendido su profundidad. Ese dilema es irrelevante, ya que no se trata de cuestionar más profundamente las cosas como personas cualquiera, sino que no sé por qué, el hombre promedio, intenta rellenar de esotérico, místico o religioso, todo aquello que desconoce. Creo que el camino no es pedir humildad a la ciencia, sino aprender a vivir sin necesidad de rellenar huecos, con información que es equivocada. Por ahí va mi reflexión, que el altamente superdotado, «es libre» de esa necesidad de rellenar el espíritu de la existencia de dios, precisamente porque no siente miedo ante no saber todas las respuestas. Por otra parte, te vuelvo a repetir lo que a la persona que hizo el comentario anterior también le dije, podrías aportarme fuentes y estudios que indiquen que las personas más inteligentes son las que más creen en dios? Repito, el altamente superdotado, simplemente no necesita de ciertas cosas que «para cualquier persona» o bien son incuestionables, o son impensables, o incluso imprescindibles. Las diferencias cognitivas son abismales en ciertos puntos, y dejan poco espacio para la negociación del altamente superdotado bajo los dogmas y generalismos de grupo. Esta diferenciación del colectivo, es precisamente uno de los objetivos de mi blog, porque si no, seguiríamos hablando de personas cualquiera y no de altamente superdotados. Entiendes mi intensidad y energía por este colectivo, o me pedirás humildad para que la personalidad de este colectivo se difumine en matices que no son propios?
      Ayer leí una historia de un dominico que en el año 1600 afirmaba que la tierra giraba alrededor del sol y que el sol, simplemente era una estrella más. La inquisición lo asesinó tras siete años en prisión, en los que seguía afirmando su verdad y nunca se retractó, porque sabía que los huecos a rellenar, tenían otro tipo de relato. Su razonamiento abstracto, le permitía entender lo que la sociedad en ese momento consideraba aún como una herejía. La ciencia y su búsqueda, es una característica cuasi más humana en el ser humano más inteligente, que la de aferrarse a la religión para rellenar huecos. Tal vez mis palabras de hoy, sean ciencia cierta en un futuro, el problema, es que el mundo está lleno de personas cualquiera, y eso ralentiza, no ya la ciencia, sino el propio progreso.

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    • Marta sería bueno que ordenaras algunos conceptos en tu cabeza, para que tu discurso fuera más ajustado. Primero porque en el hilo de Maria Rydkvist no se hace ninguna mención a la supuesta lucha ciencia vs religión. Por un lado decirte que NO existe el concepto comunidad científica ni ciencia como nada dogmático ni estructurado. Cada científico hace sus experimentos de manera «libre», y en muchos campos distintos científicos tienen distintas teorías, y no pasa nada. No existe unanimidad de dogma en nada (como si existe en la religión o en las religiones). Por ejemplo en cosmología hay muy diferentes explicaciones al Big Bang, a la métrica del universo, a la interpretación de la materia oscura, etc… Por otro lado comentarte que la ciencia no busca ni quiere acercarse a las «ideas supremas» que comentas, porque no son su objeto. La ciencia no busca describir la «VERDAD», porque este es concepto filosófico. No existe definición científica de VERDAD (sobre este asunto se pueden leer múltiples textos del matemático Roger Penrose). La ciencia no trabaja sobre la «Primera Causa», sobre la que si trabajó el filósofo y teólogo Tomás de Aquino, y sobre la que se centra el argumento central de todas las relilgiones. La ciencia es útil: hace que tengamos trenes más rápidos, hace que cada vez se curen más enfermedades, hace que conozcamos mejor los procesos químicos y biológicos en la naturaleza, y en cambio la religión NO proporciona ningún beneficio general más allá del bienestar interior que sienten algunos creyentes dentro de su creencia.
      Comentas que «en ocasiones la ciencia es más dogmática que cualquier religión» y me gustaría que pusieras ejemplos concretos en los que esto pasa. La ciencia es democracia, experimentación, y para nada se basa en nada «conspiranoico» ni secreto, no existiendo cosas raras. Veo que asumes Marta planteamientos «postmodernistas» frente a la ciencia, y asumes que NO existe conocimiento universal que pueda ser asumido por la ciencia. Craso error. Si que se puede generalizar y universalizar el conocimiento mediante el método científico. Por último, Marta, no has dado ningún argumento al artículo de María de por qué los altamente superdotados suelen ser ateos. No basta con decir que Newton fue creyente (argumento de autoridad, que es una falacia de autoridad). Deberías, al igual que hace María, poner ejemplos de estudios científicos en lose que se hable de eso. Espero gustosamente tu respuesta.

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      • Soy altamente superdotado y ateo por supuesto (Esto último es muy ambiguo e impreciso por si mismo e insisten en pronunciarlo como si no hubiera un mañana, les sigo por hoy el juego). María tiene razón en todo lo que escribe, pero dentro de su contexto. Sin embargo, eso de que la ciencia no es tan social y que el consenso que forman sus investigadores no es tan colectivo y subjetivo y si “libre” de todo esquema ideológico, en realidad es para morirse de risa, especialmente en psicología social y sociología. Sostener semejante tontería da pena ajena. Y sí, me atrevo a decir sin temor que no hay que citar ningún estudio para constatarlo, dado que es sumamente evidente. Ni siquiera tiene que ver con que la mayoría de los altamente superdotados crean o no en Dios, porque el asunto es mucho más profundo y complejo que ese último recurso que han utilizado aquí para desviar la cuestión.

        Dentro del academicismo, no debería suponerse un intercambio necesario con la teología cristiana para fomentar la agenda, labor y lugar en el mundo de la academia. El academicismo también se sustenta, sea visto en una universidad privada o pública, en un consenso moral y de conducta; véase por ejemplo la popularidad del feminismo dentro de la academia: una filosofía y actitud moral sumamente atea que hoy ocupa el mismo lugar que en otrora ocupaba la patrística en términos morales.

        Los seres humanos creamos religiones y los superdotados profundos y altamente superdotados también poseen esta cualidad universal, y estoy seguro que también desean promover su pensamiento moral y de conducta, puesto que en efecto, desean que sea considerado por el colectivo, aunque duden de si debe ser totalmente ese pensamiento o conducta, compartido colectivamente, y esto es así porque son más morales. No se trata de que no se pueda ser moral sin religión, que supongo es el principal conflicto que tienen los ateos hoy por hoy con quienes se atreven a hacer preguntas (¡Vaya ironía!). Sé que en general se refieren a que pueden vivir moralmente sin ser cristianos y sin religión establecida, pero no se trata de lo establecido hoy por hoy bajo consenso (¿Les suena?), sino de lo que descansa profundamente dentro de los comportamientos religiosos, que es gran parte de lo mismo que descansa dentro de los pensamientos existenciales y de la moralidad, me atrevo a afirmar. El altamente superdotado sí que busca un propósito o una justificación teleológica que le permita seguir viviendo moralmente con los demás seres humanos, sea o no el camino cuasi-nihilista de Feynman o de Foucault que nos muestra María con mucha pasión: «Puedo vivir moralmente sin todas las respuestas», y que desde luego no me llena de satisfacción pues en efecto es posible para muchos y no para todos, pero aun así debe fomentarse.

        El meollo es que hay una importancia no considerada del problema que surge de concebir un mundo sin propósito y la intención de mantener una moralidad que mantenga a la especie en pie. Para la mayoría de ateos y de personas no superdotadas esto no tiene relevancia, ni es un problema, y aun así es difícil encontrar un motivo por el cual es valioso el ser humano para el mismo universo dentro de los parámetros materialistas, cientifistas y naturalistas ampliamente difundidos hoy en día por los New Atheists o ateos populares. Si el ser humano no es valioso para el mismo universo, ¿por qué esmerarnos tanto en progresar, en sobrevivir y en reducir el sufrimiento de otros seres humanos?¿Por qué es más valiosa la vida de la especie humana que la vida de los escorpiones de cola gruesa o que la vida de otras especies afectadas por el cambio climático antropogénico y el consumismo capitalista? Un mundo “darwiniano” difícilmente puede proveer una justificación que no sea la supervivencia biológica del ser humano para fundamentar las acciones morales hacia sus congéneres y esto no es muy moral, en tanto es especista y antropocéntrico (¿Les suena?). Es decir, el ateo puede ser moral, pero la línea que lo separa de la indiferencia hacia los demás en un sentido moral es tan delgada y débil como su convicción de sostener que la ciencia es suficiente. Entonces no se trata de que no se pueda vivir moralmente sin religión establecida siendo ateos, porque evidentemente los ateos pueden hacerlo (Y yo lo hago), sino de una casi irreconciliable dicotomía existencial que fomenta la búsqueda de un mundo trascendente o significativo para seguir viviendo, no ya como meros individuos aislados, sino como el resultado de un proceso universal, no necesariamente reduccionista, que se desea todavía existente. Y dicha búsqueda debe ser tolerada, porque en efecto no hay respuestas para ser morales como Feynman dice.

        A raíz de esto conjeturo que muchos de los superdotados profundos si creen en «Dios» o intuyen una labor universal o creen en una ideología o filosofía del significado de la vida que les permita pensar que lo que hacen por los demás no lo hacen solo para sobrevivir; es un “Dios” o sentido teleológico personal derivado de lo universal configurado en lo posible. No todos por supuesto piensan mucho en esto y se conforman con vivir por vivir o en ser morales porque así están configurados. Aun así la religión, la ciencia de la religión, la historia de la religión y la filosofía de la religión no deberían ser un chiste ni áreas de mera opinión para así sustentar la indiferencia premeditada hacia todo aquello que no nos gusta porque lo cree la mayoría o lo creen aquellos cuyo desarrollo es mayoritario. Lo individual suele darse, pero, ¿tanto temor existe hacia lo universal dentro de la posmodernidad?

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  4. Creo que algunos interpretan mal el estudio (o quizás yo me equivoque). Acá solo dice que en porcentajes, la mayoría de superdotados son ateos. De esto no se desprende que las personas religiosas no son inteligentes o las ateas son más inteligentes (que la mayoría de mamíferos sean terrestres, no quiere decir que todos los terrestres sean mamíferos, es más, algunas aves pueden desplazarse por tierra más rápido que muchos mamíferos. En otras palabras, algunas persones religiosas podrían tener un CI más elevado que varias ateas. Si me cuestiona mucho el título que diga el superdotado es ateo, aunque sea la mayoría, no se puede dar por sentado. Creo que hay muchos superdotados que son creyentes (incluyéndome). Ahora bien, superdotado o no, uno puede caer en fanatismos (tanto religiosos como ateos). Si se quiere discutir sobre la religiosidad o el ateísmo, pues no vale saber si uno es superdotado o no, solo vale los argumentos en sí mismo, como en cualquier debate. Este estudio, sí me parece interesante (sin sesgos o malas interpretaciones) ya que nos ayuda a entender cómo muchos superdotados piensan y tener cuidado en la forma de educarlos, muchas veces, enseñanzas impositivas (religiosas o no), nos hacen más reticentes a las mismas (que no quiere decir que sean más o menos racionales, solo que no se nos brindó de modo adecuado). De modo que a los padres de superdotados, deben tener especial cuidado en el modo en que los van a formar, ya que podrían conseguir el efecto contrario. para finalizar con el tema de creer o ser ateo, yo considero que lo irracional es decir que una persona es irracional por ser creyente (o religiosa) o por ser atea. Asimismo, decir que una persona es mejor o peor por ser atea o creyente es totalmente irracional. Ya que la ciencia no puede demostrar ni la existencia ni la no existencia de Dios, el creer en un ser supremo solo es cuestión de fe. Y eso tiene que ver con las experiencias muy personales que cada persona ha vivido. Uno debe aprender a respetar las diversas creencias (si crees en un Dios o en muchos o en ninguno). Y de ningún modo considerarse superior o inferior por tener una u otra creencia.

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  5. Creo que, en general, ese alejamiento de la religión de los superdotados tiene que ver con la forma en la que ésta se enseña, de manera dogmática, con argumentos poco consistentes, sin explicarse sus diferentes contradicciones o sin plantearse que hay formas de vivir la fe o la espiritualidad de una manera experiencial (por ejemplo, a través de ciertas prácticas de meditación). También el mostrarse los relatos religiosos como historias literales y no desde una perspectiva más simbólica contribuye a que la razón choque con ello, etc., etc.

    Así que me parece que es normal rechazar ciertos planteamientos de la fe, según se enseña, cuando eres medianamente inteligente. Pero una limitación paradójica de los superdotados es pensar que sus herramientas cognitivas avanzadas sirven para manejarse perfectamente con todos los aspectos de la vida, idea que les puede llevar a equivocarse en elementos de la existencia que requieran conocimientos más intuitivos o que se puedan abordar de formas diversas y diferentes a la razón y que no son las más accesibles en cómo se nos enseña la religión desde la infancia.

    Un problema a tener en cuenta es que podemos confundir religión con la manera en la que se nos muestra y tratar de comprenderla solamente desde las propias herramientas cognitivas. Por otra parte, sabemos que las personas superdotadas tienen una intensa búsqueda de la verdad, una sensibilidad elevada hacia cuestiones existenciales y una mayor predisposición a experiencias inusuales, como fruto de su sensibilidad especial. Esto puede suponer una manera diferente de acercarse a la espiritualidad o bien, en caso de ser religiosos el que vivan su fe de una manera peculiar, muy diferente a la de las personas de su entorno.

    También me parece importante, en estas cuestiones, el saber qué entiende cada uno por fe o por religión y desde donde se ha llegado a planteamientos ateos o a otros. Al final me parece que la intensa búsqueda de la verdad, de la coherencia y/o del sentido, puede llevar a descartar planteamientos poco razonables o incoherentes. Pero ¿y si hubiera una forma de vivir la fe, o la espiritualidad, desde la experiencia o desde la verificación? ¿no sería posible otro acceso hacia estas cuestiones? Creo que, en ciertos casos, sí es así.

    Os dejo algo que he escrito hace tiempo, sobre la religiosidad y la espiritualidad en los superdotados, por aportar otro punto de vista: https://maribelium.blogspot.com/2019/12/espiritualidad-y-religiosidad-en.html

    Un saludo,

    Maribel

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    • Maribel, uno de los grandes trazos que separa nuestro pensamiento, es que en tu caso partes desde la idea inamovible en la que crees, que todos los seres humanos tienen la misma necesidad que tú, de darle sentido a nuestra existencia. Esa necesidad de cuál es el sentido de la vida, no se convierte en una fijación de la persona altamente superdotada. Has pensado en el mero hecho de existir ,sin la necesidad de buscar sentido a la vida? El aprender a convivir con ese abismo, de que la vida es lo que vemos, y que no te produzca ningún tipo de necesidad de búsqueda?. En todo caso, cómo pretendes definir el sentido de la vida o su búsqueda, desde el cliché de lo religioso, de la búsqueda de la verdad, del desarrollo espiritual? Qúe significa darle sentido a qué y con qué finalidad? La del consuelo del alma, la de la satisfacción personal? En tu blog de manera casi despectiva, intentas detallar, que el superdotado es ateo porque todo lo entiende de manera lógica, qué lejos estás ,de poder entender no la existencia del sentido de la vida, si no la vida que existe a tu alrededor, de las personas que sobrepasan esa necesidad de depender de un sentido en concreto, o incluso, de la necesidad de buscar una interpretación acerca de lo qué significa la espiritualidad, y más aún, de depender del bienestar que la mera idea de su búsqueda, pueda aportarnos. La no dependencia de criterio porque no necesitas esa búsqueda, es la verdad que da sentido a todo espíritu. La verdad que observas desde una cognición elevada, sobrepasa la verdad del otro, de necesitar sentido, y por eso, te es suficiente con sólo ver y ser cegado, ya no necesitas buscar, siempre está ahí, el conocimiento que tanto se anhela, todo lo absolutamente doloroso e incompresible, convive ya, en el ser humano. Para observar la destrucción que procede de la falta de una moralidad astuta y perfeccionista, no es necesario buscar más allá, porque la respuesta está delante, y se agota toda incertidumbre, por lo tanto, no es necesario elaborar un pensamiento, que nos desplace en lo experimental, o en lo espiritual a ningún lugar intangible. El argumento ontológico que tanto espacio rellena en las vidas de muchas personas, no aporta valor en la conexión amígdala, cognición y principio moral del superdotado. La soledad del individuo, es una de las formas espirituales mas bondadosas con su mera existencia, la que aporta un sentido real, humano. Un más allá, sin necesidad de más allá. Leo en uno de tus argumentos un poco pueril, que tal vez, esa desconexión del superdotado con la religiosidad o la espiritualidad, provenga de cómo nos han enseñado religión en el entorno como un algo mágico, o encorsetado en liturgias varias. Una persona sobrevive bebiendo agua mineral, sin necesidad de que ese agua sea además con gas, mágica y burbujeante. Es esta concepción, de lo absolutamente simple, tan compleja de entender para el no superdotado? Que esas preguntas transcendentales que te planteas, cuando se ven de lo abstracto hacia afuera, en una verdad cegadora del presente, pues que se conviertan en meros sudokus de entretenimiento que no rellenan ni la curiosidad ,ni la necesidad de aprender a enormes saltos, de la persona altamente superdotada. Y ahora Maribel, fuera de academicismos varios y de búsquedas que a estas alturas de la vida, pueden resultar bastantes insusas en ese «refranero popular» de lo religioso y espiritual, para personas, con otro tipo de «experiencias vitales», aquí un ejemplo de «angst vital» de la persona muy inteligente (es importante que comprendas que las diferencias entre un superdotado y un muy altamente superdotado son abismales, podría decir que el superdotado piensa existencialmente como la persona no superdotada, pero no así el altamente superdotado). Mira, cuando tenía cuatro años ya había entendido perfectamente lo que era la muerte. Sabes bien que en los niños ese paso no se produce hasta los 8-12 años de edad. Recuerdo, como esa cuestión «existencial» aporreaba mi mente día sí, día no, a tan temprana edad, el mundo del adulto ya estaba en mí, lo aprendí sola y no se lo comenté a nadie, porque de todos modos ya sabía ,que no me entenderían, pero yo se qué lo que sabía era cierto. Tras la muerte física, desaparecía todo lo demás, pero no pasaba nada. De camino al colegio, mientras mi madre me llevaba de la mano, veía la siguiente imagen en mi cabeza, un atáud, completamente sólo en una habitación. En ese atáud estaba yo. Fantaseaba de manera autodidacta, para poder liberarme de todo anclaje a los constructos sociales, con la idea de que iba a morir sola, y que nadie iba a estar conmigo ahí para velarme el día de mi muerte, y que moriría en la más absoluta soledad, y que no pasaba nada, que eso, precisamente eso, era ser libre, y que mi muerte, me pertenecía a mí, y la controlaba ya desde mi cognición, a tan temprana infancia, sin ningún tipo de pudor. No había nada más, solamente mi esfuerzo y crecimiento, sin necesidad de depender de la aprobación del grupo. Esa idea me fortalecía, y me aportaba más ganas aún de vivir, de experimentar la vida, sentirla en mí mientras respire, de vivir en sentido, en verdad. La diferencia intrínseca y desde lo fenomenológico, entre una persona altamente superdotada, y una persona promedio, es inexplicable, para mí el verdadero ejercicio de reflexión, consiste en intentar entender cómo piensa y razona el ser humano, convivir con esa dicotomía y con una visión de la realidad reducida, y podría compararse tal vez en mi caso, a esa búsqueda del sentido de la vida, a una lucha por verle el sentido, a lo que en tantas ocasiones, me parece una conciencia en el absurdo.

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      • Gracias por tu respuesta y por tus reflexiones, que me parecen muy interesantes, aunque no estoy de acuerdo con todo.

        En ningún. momento parto de la idea de que todo ser humano necesite dar sentido a la existencia. Es más, no creo que se trate de dar sentido por nosotros mismos, sino de que he constatado que ese anhelo de sentido se manifiesta en muchas personas y más en algunos superdotados desde la más temprana infancia. También a veces veo que uno se topa con sentidos inesperados que nos colman de plenitud, si simplemente se observa, o bien podemos aprende a vivir con esa percepción de que no alcanzamos a comprender todo lo que nos rodea y que convivimos con abismos de incertidumbre, de angustia o de sinsentido con los que se trata de aprender a convivir, como bien dices. Paradójicamente, en la existencia conviven sentido y sinsentido en un totalidad que puede acabar percibiéndose como coherente, más allá de cualquier razonamiento lógico. Tampoco he pretendido suponer que el «cliché de lo religioso» sea la salida, sino una posibilidad que se da en algunas personas y que ha de ser respetada. También porque hay formas diversas de vivir lo religioso, más allá de clichés o de dogmas. Y la verdad es que no me considero dentro de ningún tipo de cliché. Me sorprende haber sido comprendida de ese modo.

        También he de aclarar de que la búsqueda de sentido no surge siempre como una mera búsqueda de consuelo del alma, a veces simplemente se da ante la percepción de las diversas incongruencias del mundo por la inquietud porque haya algún tipo de coherencia o estructura significativa en este mundo. Son testigo de que nace en algunas personas como inquietud, anhelo, percepción de estructuras o patrones implícitos en la realidad, etc. También en el tipo de percepciones que tú explicas tan claramente.

        La verdad es que no he pretendido generar ninguna definición despectiva, al señalar la tendencia al pensamiento lógico de muchos superdotados. Simplemente señalo un hecho que también ha sido constatado por diversos expertos, que al menos viven algunos superdotados. Como bien señalas no son todos. Como dices, hay distintos tipos de superdotados, que pueden vivir la vida de diferentes modos y que experimentan sus necesidades desde enfoques distintos.

        Por otra parte me sorprenden afirmaciones descalificatorias hacia mis argumentos, como la de «qué lejos estás, de poder entender no la existencia del sentido de la vida, si no la vida que existe a tu alrededor, de las personas que sobrepasan esa necesidad de depender de un sentido en concreto, o incluso, de la necesidad de buscar una interpretación acerca de lo qué significa la espiritualidad, y más aún, de depender del bienestar que la mera idea de su búsqueda, pueda aportarnos». Creo que haces afirmaciones que parten del desconocimiento de mi propia perspectiva, desde la que entiendo perfectamente que haya personas que viven de ese modo. A la vez, creo que es respetable que otras personas tengamos una inquietud e interés por el sentido. Yo simplemente me la encontré también desde la infancia, como un intento de una visión panorámica y congruente de los diferentes elementos de la realidad. Así que, si esta búsqueda surge en algunos, ¿por qué no tenerla en consideración? Lo que no quita mi respeto absoluto por otros enfoques como los que planteas, que tendrán su valor y sentido para ti. De hecho, en ciertas etapas de mi vida es así como he vivido las cosas. Luego he ido cambiando de perspectiva, como fruto de experiencias personales que me han hecho percibir las cosas de un modo diferente.

        Esto que menciones: «ya no necesitas buscar, siempre está ahí, el conocimiento que tanto se anhela, todo lo absolutamente doloroso e incompresible, convive ya, en el ser humano», me parece una clara experiencia de sentido, más allá de lo cognitivo y comparto esa percepción, pues también tiene que ver con mis propias experiencias. Desde mi propio «mapa» de comprensión de la realidad esa experiencia es muy similar a la vivida por diversos místicos y me parece el reflejo de una experiencia muy profunda, que sostiene la realidad desde lo que yo llamo «sentido». Quizás tú lo llames de otro modo. Las experiencias de las que hablas desde tu infancia para mí tienen que ver con una inquietud muy profunda, que yo considero espiritual, aunque quizás también partas de otro lenguaje al describirlo.

        Quizás en el fondo hablamos de cosas parecidas, con lenguajes y perspectivas distintas, lo que también resulta enriquecedor en el diálogo y para la comprensión de personas superdotadas. En mi caso es cierto sé menos de las personas altamente superdotadas, como es tu caso. Pero no me refería a ellas en mi escrito, sino al tipo de superdotados que conozco más y sobre los que he investigado más. En ellos he encontrado lo que he mencionado. Obviamente, se me escaparán otro tipo de fenómenos vitales y la generalización siempre puede tener sus sesgos.

        Por otra parte, creo que las limitaciones del lenguaje escrito pueden hacer que nos malinterpretemos. También, cuando intentamos hacer comprensibles ciertas cosas, para la mayoría de las personas, es probable que caigamos en el riesgo de simplificaciones o descripciones de experiencias que no son suficientemente accesibles al lenguaje común.

        Tu manera de explicarte y tu enfoque me resulta sumamente interesante. Aunque solamente quiero señalar nuevamente mi discrepancia con respecto a lo que prejuzgas de mí, pues no me identifico con ello.

        Saludos,

        Maribel

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